lunes, 23 de noviembre de 2009

Entre más altos son...

La ética es algo que no se pone a prueba en libros o salones de clase. Tampoco en casa como dicen algunos. Existen algunas universidades privadas que de verdad creen inculcar la ética laboral en los estudiantes a sus veintitantos años. Incluso han dirigido los planes académicos en torno a tener que llevar más clases sobre ética laboral y prefieren quitar del mismo plan materias prácticas que de verdad servirían en la vida profesional.

Los valores fundamentales se aprenden en casa y de muy chicos. De ahí para adelante ningún salón de clase o catedrático puede influir en la manera en que se comporta moralmente un individuo.

La verdad es que nadie sabe qué tan ético es hasta que no se le encara a un dilema como en la trama de “The Harder they Fall.” Como jóvenes universitarios y muchos nos creemos revolucionarios nos es muy fácil pensar que jamás cederemos ante la corrupción. Sin embargo hay casos extraordinarios en los que estos valores y ética profesional quedan sobrando. Por ejemplo, se rumora que al ex gobernador de este estado al subir al poder le llegó una carta en la que decía déjanos en paz y acepta estos millones de dólares o empezamos a matar a tus hijos, tu esposa y al final a ti.

La situación se tiene que evaluar. Bien dicen que todos tenemos un precio y si no es por dinero es por salvar a un ser querido. Ahora podemos decir que jamás caeríamos pero la verdad es que no tenemos idea de lo que es estar metido en una situación como esta.

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